sábado, 24 de octubre de 2009

EL TITANIC VALENCIANO

Todos recordamos la historia del Titanic (sobre todo gracias a la película de James Cameron). Un trasatlántico de lujo, un escaparate de ostentación, un barco en el que se dieron cita personajes de la alta sociedad que quisieron dar cuenta de su opulencia, de su elegancia, y exhibir su rol en la última de las maravillas tecnológicas. De fiesta en fiesta, de gala en gala, lucían sus mejores prendas en un afán desmedido de pavonearse ante el resto de distinguidos pasajeros. Mientras tanto, otros, no tan distinguidos, que se embarcaron en busca de un futuro mejor, mal viajaban en tercera clase, perfectamente aislados de la clase VIP.

Hasta que un iceberg se cruzó en el camino de aquella deslumbrante nave, que no sólo quería ser la más lujosa sino también la más rápida y moderna y que no aminoró su marcha ante el peligro por temor a no batir el récord de la distancia. A partir de entonces, lo que pasó ya se sabe, sálvese quien pueda, que no hay botes para todos.

No tenía intención de hablar de lo que está pasando en el PP de la Comunidad Valenciana porque no hace falta añadir mucho más a lo que oimos y leemos todos los días. Pero el recuerdo del Titanic se ha ido a almacenar en mi memoria justo al lado de los últimos acontecimientos que hemos vivido al respecto. Es caprichosa la forma que tiene nuestro cerebro de ordenar la información.

No sé si el iceberg Gürtel hará hundirse definitivamente a Camps y los suyos (aunque no oculto que me encantaría). Pero me da mucha pena y mucha rabia que acabe siendo éste. Porque los valencianos nos hemos dejado deslumbrar por tanto fuego de artificio y no hemos prestado atención a que, como en el Titanic, esta Comunidad ha humillado y menospreciado a su “tercera clase”. Y es ese, el iceberg de la ciudadanía, el que a mi juicio debiera haber frenado el avance de nuestro particular Titanic mucho antes.

Y escribo esto con rabia, después de haber conocido a una persona, Felicidad, a la que la resolución de concesión de la ayuda a la dependencia le ha llegado cuando su madre, a la que cuidaba, ya se ha ido. (Y ya he visto unos cuantos casos iguales). “Sólo” han tardado dos años y medio en dictarla pero la Generalitat Valenciana, burlándose de la Ley, aplica en todos los casos los efectos desde el día de la resolución (repito, no es un error, dos años y medio después de la solicitud). En nuestra querida Comunitat, la de las grandes ambiciones, Felicidad navega en tercera clase.
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miércoles, 14 de octubre de 2009

¿EL MODELO FINLANDÉS ES POSIBLE?

Una tasa de desempleo mayor del 20%, un sinfín de empresas bajando la persiana, un sistema financiero gravemente tocado, una crisis sin precedentes... No. No estoy hablando de España ni de la actual crisis. Estoy hablando de lo que le sucedió a Finlandia a principios de los años 90.

El comercio con la Unión Soviética suponía el 25% del producto interior bruto finés. La caida del gigante a finales de los 80 arrastró a los nórdicos. Quebraron la mayoría de las empresas de construcción, y, en consecuencia, la industria de la madera, los astilleros y los bancos.

¿Cómo consiguieron los fineses salir del pozo hasta convertirse en uno de los países más prósperos de la actualidad?

Lo primero fue establecer un gran consenso. Gobierno y oposición pactaron un plan de salida de la crisis y ambos remaron en la misma dirección.
Lo segundo fue devaluar la moneda con el fin de impulsar las exportaciones.
A partir de ahí, Finlandia redujo el gasto público (incluyendo planes sociales) y aliberó la presión fiscal sobre las empresas.
Pero lo que realmente hizo posible el gran cambio fue una decidida apuesta por la inversión en ciencia y tecnología, que pasó del 1,8% del PIB en 1990 a un 3,5% en 2004, acompañada de un gran impulso al sistema educativo.
Al mismo tiempo que se tomaban estas medidas, Finlandia dedicaba el 25% de su PIB a gasto social, construyendo su particular estado de bienestar.

Hoy, Finlandia tiene uno de los PIB per cápita mayores del mundo y con poca distancia entre ricos y pobres; es el país, después de Suecia, que más invierte en ciencia y tecnología, es líder en comunicación, desbancó en 2002 a EEUU como país más competitivo y su sistema educativo es el mejor de Europa según el informe PISA (lo que equivale a decir del mundo). Y al mismo tiempo lidera los rankings de presión fiscal.

Pero todas esas medidas no hubieran dado el mismo resultado si no se hubieran tomado en el caldo de cultivo adecuado. Y éste no es otro que el carácter escandinavo. En Finlandia prima la cultura del trabajo y el esfuerzo. Se valora el conocimiento. Se respetan las leyes y el derecho de los demás (hace tiempo me sorprendió leer en un reportaje que los estudiantes fineses ¡no copian en los exámenes! Y que si alguno lo hiciera sería visto con muy malos ojos por sus compañeros).

¿Puede ser éste el ejemplo a seguir para salir de la crisis? Parecería que sí, pero no debe ser esto lo que piensa nuestro gobierno cuando al elaborar los presupuestos de 2010 decide hacer recortes presupuestarios en I+D+I. Y no parece muy consecuente esta medida después de la apuesta que había hecho Zapatero por un cambio en el modelo productivo. Si a este frenazo a la inversión en ciencia y tecnología le añadimos un empresariado ocupado no en reinvertir los beneficios de sus empresas en I+D como los fineses sino en ponerlos a resguardo y unos españolitos de a pie siempre dispuestos a cobrar en negro y evadir el fisco (impensable en Finlandia, que es, por cierto, el país con menor grado de corrupción del mundo, según Transparencia Internacional) y en buscar culpables escurriendo el bulto, las posibilidades de repetir en España el milagro finlandés son bastante remotas.
"En toda crisis hay un grave problema, pero también una gran oportunidad. La crisis se origina porque deja de ser útil un determinado modelo, pero siempre es posible emplear esa oportunidad para trabajar de una forma distinta y original, aprovechando las circunstancias cambiantes del mundo moderno."
Ramiro VŠyrynen,Presidente de la Academia de Ciencias de Finlandia
Enlaces:
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jueves, 24 de septiembre de 2009

BIENVENIDA RUTINA

He tardado mucho, pero he vuelto. Han sido más de dos meses los que he pasado sin martillear el teclado de mi ordenador, apartado de él por algunos asuntillos que tenía pendientes (y por mis vacaciones, claro, que aunque cortas, fueron intensas).

Tengo ya ganas de entrar en rutina. Suena mal, ¿verdad?. Pensar en rutina suele provocar rechazo, pero no es tan mala, creedme. La rutina es -diría Jesulín- como un toro. Hay que saber manejarla (como casi todas las cosas, añado yo). Hay que buscarla sin dejar que sea ella la que te encuentre a ti.

Comienza el ciclo. Divido el tiempo en ciclos de un año que no comienzan en enero sino más o menos por estas fechas, justo con el inicio del curso escolar. Así lo he hecho -como casi todos- desde que era estudiante. Ahora ya no lo soy pero mis hijas van al cole. Hemos pasado ya el caos del periodo estival: primero dejan de tener clase por la tarde, luego van a la escuela de verano, ésta termina y te organizas con tu pareja las vacaciones para poder estar con ellas todo el día, vuelve el cole pero sólo de mañanas y ya, al final, por fin, comienzan a ir también de tarde. Y es entonces cuando bendices la rutina. Hasta junio (excepción hecha de las navidades) tienes el planning hecho ¡qué tranquilidad! Recoges a las niñas a las 5, un poquito de parque, un baño al llegar a casa, otro poquito de tele (ahora sí, poquito), a cenar, lavarse los dientes, un pis, un cuento y a dormir. ¡Qué gozo! Dicen los psicólogos que la rutina da seguridad a los niños incidiendo positivamente en su conducta. Cierto, ciertísimo. Lo tengo constatado. No hay nada como que sepan que lo que toca en cada momento es irreversible para dejar de tener conflictos.

Teniendo ya configurado el horario de las niñas te organizas con tu pareja: yo las recojo martes y miércoles, el lunes y jueves tú y el viernes vamos juntos. Cuando tú vuelvas de clase yo me voy al gimnasio y llego justo a tiempo para el baño y la cena. Claro que, eso es los lunes y los miércoles, los jueves tengo fútbol a las 4 y a mi vuelta tú te vas a clase. ¡Uf! Parece todo muy complicado pero convertido en rutina, se hace fácil.

La rutina (sin llevarla a extremos irracionales) te lleva al éxito: en la educación de tus hijos, en los estudios, en tus aficiones... No siempre te apetece hacer ejercicio pero si hoy es miércoles, por ejemplo, y los miércoles toca spining ni te planteas dejar de ir. No hay otra opción si no quieres acabar arrojando la toalla. Pero la rutina, eso sí, se termina el viernes noche. A partir de entonces y hasta el lunes siguiente, se la guarda en un cajón. Todos sus beneficios se convierten en perjuicios el fin de semana, que está pensado para improvisar.

Bien, espero convertir en rutina mis ratitos en el blog.
Saludos.

jueves, 16 de julio de 2009

¿DISONANCIA COGNITIVA O DEMAGOGIA?

No hace mucho, el día 28 de mayo exactamente, escribía en este blog sobre la disonancia cognitiva. Y para hacerla más comprensible explicaba los argumentos que esgrimía una persona de mi entorno respecto de los trajes con los que parece que fue obsequiado Francisco Camps por una empresa contratista de la Generalitat Valenciana, Orange Market.

Y decía: Tratamos frecuentemente de acomodar a nuestros esquemas morales, a nuestras convicciones, a nuestros comportamientos, todo aquello que va surgiendo para entrar en conflicto con aquéllos. Para la persona de la que hablo, que admira a Camps y lo tiene por persona honrada, lo más fácil es construir argumentos que le lleven a concluir que todo es mentira. Si se demuestra lo contrario, utilizará otros que le lleven quizás a defender que no son los hechos tan graves, que ha sido engañado o que todo el mundo hace lo mismo. Sólo así los hechos y nuestras ideas pueden continuar siendo de alguna manera coherentes.

Vuelvo a este tema porque ya hemos llegado al momento que predecía. Ha faltado tiempo para que, tras conocerse el último auto del magistrado Flors, comparezcan ante los medios de comunicación distinguidos dirigentes del PP para reelaborar sus argumentos.

Habían comenzado diciendo ser víctimas de la persecución del juez Garzón, en connivencia con el entonces ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, con quien había ido de caza (hecho que le costó el puesto). Una vez inhibido del caso el juez Garzón por corresponder el trámite al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, y persistiendo el nuevo magistrado instructor en la inculpación, el argumento pasó a basarse en la negación. Hasta 126 veces dijo Camps en les Corts que había pagado sus trajes. Sus correligionarios siguieron esta estela y todos manifestaban estar seguros de que así fue. Y, claro, ¿quién guarda las facturas de la ropa que se compra? Pero con el último Auto dictado por el TSJCV esta excusa ya no cuela ("Según parece desprenderse de las diligencias de investigación practicadas hasta ahora", los imputados "resultaron beneficiados por la recepción de las prendas de vestir cuyo precio pagó un tercero", indica el magistrado).
Rita Barberá fue el ariete del PP y la que más focos atrajo cuando estrenó el nuevo argumento: “si el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, dimitiera por su imputación en el 'caso Gürtel' tendría que seguirle todo el país, empezando por el presidente del Gobierno por las anchoas con que le ha obsequiado en varias ocasiones” “Haciendo un paralelismo con el caso del presidente Camps, también están incursos en este artículo algunos más. Yo también, probablemente por recibir un ramo de flores. Pero, desde luego, Zapatero por lo de las anchoas de Santoña del presidente Revilla".
Algunos políticos del PP han insistido en este argumento (un auténtico insulto a la inteligencia, el ejemplo de la alcaldesa) y entre ellos Mariano Rajoy, que decía ayer mismo “Francisco Camps, está padeciendo una pena mucho mayor que el castigo tipificado por un delito de cohecho impropio (2.500 euros), que es por lo que se le está investigando en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana”, quitándole hierro al asunto, aunque dijera más tarde estar seguro de que el President pagó sus trajes.

¿Están verdaderamente convencidos todos ellos de que es éste un hecho sin importancia? ¿De verdad cree Rita Barberá que el regalo institucional de una lata de anchoas es equiparable a las frecuentes visitas a las tiendas de Milano y Forever Young del Presidente de la G.V. y otros dirigentes populares o la de su sastre a sus despachos para elegir unas telas, encargar unos trajes, unas americanas, un esmoking o llevarse unos zapatos por la jeta?

Si de verdad lo creen así, estaríamos, a mi parecer, ante un clarísimo ejemplo de disonancia cognitiva. Pero puede que no crean lo que dicen y que lo que pretendan no sea más que cargar las pilas de la disonancia cognitiva de sus votantes (lo que explicaría mucho mejor porqué sí han suspendido al que fuera vicepresidente del Gobierno Valenciano, Víctor Campos, hoy retirado de la política, inculpado por los mismos delitos). Estaríamos entonces ante un ejemplo de manipulación de la opinión pública y de demagogia. Yo, la verdad, no tengo muy claro en qué caso nos encontramos.
DISONANCIA COGNITIVA:
El concepto de disonancia cognitiva, en Psicología, hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias, emociones y actitudes (cogniciones) que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas.

jueves, 2 de julio de 2009

LOS HOSPITALES DE GESTIÓN PRIVADA Y UN TAXISTA DE TÚNEZ

Supongo que sucede en muchos más sitios, pero a mí, que no puedo presumir de viajar mucho, me pasó en Túnez. Allí tienes dos formas de pagar un taxi. O bien pactas con el taxista una cantidad antes de tomarlo o bien dejas que sea el taxímetro el que establezca el precio. Si optas por la primera de las opciones, el conductor tomará atajos, se saltará algunos semáforos y completará el trayecto en un corto espacio de tiempo. Si dejas que gobierne el taxímetro, la conducción será más lenta, no habrá atajos sino rodeos y pararás hasta en los semáforos que todavía están en ámbar (vaya, como te puede pasar aquí).

Me acordaba de esto cuando pensaba en cómo funcionan los hospitales de gestión privada que han proliferado los últimos años, sobre todo en la Comunidad Valenciana y la de Madrid. La empresa que los gestiona recibe una asignación fija por los pacientes potenciales de que dispone (todos los ciudadanos adscritos, por empadronamiento, a ese hospital) y factura el gasto ocasionado por cada paciente desplazado que es atendido en él. De manera que si dos personas entran por la puerta de Urgencias del nuevo Hospital de Dènia, por ejemplo, con la misma dolencia, es muy posible que no reciban la misma atención si uno es de Pego y otro de A Coruña. Con la presencia del primero, el Hospital (que no olvidemos que es gestionado por una empresa que pretende sacar rendimiento económico) no puede hacer más que perder dinero. Todas las pruebas, intervenciones o tiempo que le dedique es un gasto irrecuperable (no olvidemos que el hospital ya ha ingresado por ese paciente lo que debía ingresar y que es la misma cantidad acuda éste o no al hospital). ¿Qué pasa con el paciente de A Coruña? Que toda radiografía, TAC, ecografía o resonancia que se le practique, así como el tiempo de hospitalización que requiera, será facturado a la Agència Valenciana de Salut.

De la misma manera que hay un mismo taxista en Túnez conduciendo de dos formas diferentes, ¿creéis que de verdad puede el Hospital de Dènia (o el de Alzira o la próxima Fe) atender de la misma manera a todos sus pacientes? Yo creo que no, y aunque estén construyendo la Nueva Fe a 300 metros de mi casa, si necesito ir a Urgencias y puedo aguantar un poco, que me lleven a Dènia, que total, es una horita.

sábado, 20 de junio de 2009

VICENTE FERRER Y OTROS

En menos de veinte días la población de Gandía ha sido dos veces noticia por muy distinto motivo. Si a finales de mayo conocíamos la barbaridad cometida por dos empresarios panaderos incapaces de prestar el auxilio necesario a un trabajador víctima de un accidente de trabajo provocado por el afán de exprimir la productividad de su empresa, hoy nos hemos levantado con la noticia del fallecimiento de Vicente Ferrer, hijo predilecto de Gandía, donde pasó su infancia, aunque había nacido en Barcelona.


Qué vidas tan diferentes, qué paradojas. Uno trabajando toda una vida por los demás sin esperar más a cambio que ver aliviado el sufrimiento de los más pobres. Otros buscando el beneficio personal, para enriquecerse o para sacar adelante la empresa, pero en todo caso a costa del trabajo mal pagado y degradante, casi esclavo de los más desprotegidos.

Prefiero hablar del primero, porque nos ha demostrado que otro mundo es posible, porque dicen de él que ha sacado de la pobreza a dos millones de personas, porque se ganó el cariño y el respeto de los más necesitados. Porque, pese a ser jesuita, "nunca hablaba de Dios, había otras prioridades. La acción era lo único importante, la buena acción contiene en sí misma todas las religiones, todas las filosofías, contiene el universo completo". Vicente Ferrer no fue a la India a construir iglesias sino escuelas y hospitales. Nunca figuró en sus planes incrementar las listas de católicos y seguramente por eso nunca fue visto con buenos ojos por la jerarquía eclesiástica, hasta que en 1970 fue expulsado de la Compañía de Jesús.

Dicen que en el punto medio está la virtud. Y no siempre es cierto. En el punto medio entre el egoismo cruel de los empresarios gandienses y el abnegado altruismo de este hijo predilecto de Gandía está la mediocridad. Virtuosos son aquellos capaces de llegar a donde Vicente Ferrer Moncho ha llegado. Esperemos que se hagan ciertas sus palabras “la Fundación puede vivir sin mí pero yo no puedo vivir sin la Fundación” y que la labor que él inició perviva por muchísimo tiempo.



miércoles, 17 de junio de 2009

LA JUVENTUD DE HOY

Hace tiempo que andaba buscando este texto, que perdí, y que ahora he recuperado por gentileza de mi hermana. Lo quiero compartir con vosotros, aunque es probable que ya lo hayáis leido:
El Médico de Familia inglés, Ronald Gibson, comenzó una conferencia sobre conflicto generacional, citando cuatro frases:
1) "Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos."
2) "Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible."
3) "Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos."
4) "Esta juventud esta malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz d e mantener nuestra cultura."
Después de enunciar las cuatro citas, el Doctor Gibson, observaba como gran parte de la concurrencia aprobaba cada una de las frases. Aguardó unos instantes a que se acallaran los murmullos de la gente comentando lo expresado y entonces reveló el origen de las frases, diciendo:
La primera frase es de Sócrates (470 - 399 A .C.)
La segunda es de Hesíodo ( 720 A .C.)
La tercera es de un sacerdote ( 2.000 A .C.)
La cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia (actual Bagdad) y con más de 4.000 años de existencia.
Y ante la perplejidad de los asistentes, concluyó diciéndoles:Señoras Madres y Señores Padres de familia: RELÁJENSE, QUE LA COSA SIEMPRE HA SIDO ASÍ...
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sábado, 6 de junio de 2009

ABORTAR A LOS 16

No sé si peco de ser corto de reflejos al abordar ahora este debate, cuando lleva ya bastante tiempo instalado en nuestras conversaciones.
El caso es que me ha animado escuchar anteayer en el parque una discusión sobre el aborto a los 16 años y un día después, oir a Mariano Rajoy, hablar de lo mismo en un mitin de campaña.

Lo primero que se me ocurre es que no es una, sino dos discusiones. La primera sería sobre si es o no aceptable la legalidad del aborto y la segunda si es o no aceptable que una niña pueda, a los 16 años, interrumpir su embarazo sin el consentimiento de sus padres.

Me quiero ahorrar la primera. Entre otras cosas porque en España las formaciones de izquierdas han defendido siempre el aborto y el principal partido de derechas, que no lo ha hecho nunca, tuvo la oportunidad de derogar la ley que lo regula durante los ocho años que estuvo en el poder y no lo hizo. Supongo que es el problema de querer aglutinar un sector tan amplio del electorado, el que va del centro hasta la extrema derecha, y que a veces le obliga a tomar decisiones en función de los votos que pueda ganar o perder en el envite. Debieron pensar que derogarla restaría más papeletas que las que pudiera sumar y dejaron las cosas como estaban. Lo mismo pasó con la Ley del divorcio y me apuesto una paella que cuando el PP vuelva al poder tampoco derogará la Ley de matrimonios homosexuales ni eliminará la asignatura Educación para la ciudadanía. El mismo principio de aritmética de votos es el responsable, probablemente, de que el PSOE no haya sido en otras ocasiones más valiente con el aborto u otras cuestiones.

El caso es que si suponemos que estos partidos representan a la gran mayoría de los españoles y todos ellos han defendido por acción u omisión la despenalización del aborto, el debate sobre su conveniencia pierde gran parte de su interés, a pesar de las campañas de la Iglesia (campañas que, curiosamente, no hacía cuando gobernaba el PP y la Ley seguía vigente).

De manera que ahora el meollo del debate se centra en los plazos y en la conveniencia o no de que una niña pueda interrumpir su embarazo a los 16 años sin permiso de sus padres. Y en ese debate yo he escuchado cosas que, a bote pronto, parecen bastante razonables. He escuchado decir que es incongruente que una niña pueda tomar esa decisión y no pueda votar o conducir un coche. He oido que carece de la madurez necesaria o que no puede tomar ese tipo de decisiones a espaldas de sus padres.

La medida propuesta por el gobierno es en parte, lógica, en congruencia con la Ley de Autonomía del Paciente del año 2002, en virtud de la cual, a partir de los 16 años no se requiere consentimiento paterno para pasar por un quirófano. Ni siquiera tratándose de una operación de cirugía estética.

Pienso que una niña puede perfectamente esperar a cumplir los 18 para conducir un vehículo o para votar. No hay ninguna urgencia para ello, ya madurará (y no entraré a discutir si lo habrá hecho o no a los 18). Tampoco pasaría nada si se esperara a alcanzar la mayoría de edad para ponerse tetas, culo, hacerse una liposucción o corregirse la nariz. Pero si a los 16 se queda embarazada, la decisión de continuar con el proceso, la tome quien la tome, no puede esperar. Sería muy buena idea congelar la gestación hasta que cumpliera los 18 pero no es posible (quién sabe si un día...). ¿Y a quién le va a repercutir el resto de su vida lo que se haga con ese embarazo? A esa niña que ahora tiene 16 años. ¿Por qué tienen entonces que tomar una decisión tan importante los abuelos del niño que va o no a nacer si no van a ser los responsables de su crianza y manutención, si no van a tener ninguna obligación legal respecto de él?

Yo parto de la idea de que la decisión de abortar no es ni más ni menos respetable que la decisión de no hacerlo. Y, tomando ese punto de partida, quiero darle la vuelta al planteamiento del siguiente modo:

Si una niña de 16 años necesita del consentimiento de sus padres para interrumpir su embarazo, ¿por qué no lo necesita para continuar con él? ¿no nos parecería disparatado que la ley permitiera la práctica de un aborto a una adolescente que quiere tener a su hijo? ¿Es congruente aceptar que los padres puedan decidir en un sentido pero no en el otro?
Creo que hay decisiones que sólo puede tomar uno mismo. O, en este caso, una misma. Aunque tenga 16 años y aunque sus padres la quieran muchísimo.
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jueves, 28 de mayo de 2009

DISONANCIA COGNITIVA

A menudo me pregunto cómo personas inteligentes pueden dejar de parecerlo cuando, con el fin de no abandonar sus convicciones, fuerzan sus argumentos hasta límites insospechados.

Podríamos poner muchos ejemplos: fumadores que defienden que el humo de los coches es más nocivo que el de sus cigarros; drogadictos que consideran que el tabaco es más dañito que la cocaina; católicos que consideran que el condón propaga el sida; hinchas de clubes de fútbol que una y otra vez pierden por culpa del árbitro...

Debido a este fenómeno, a menudo intuimos lo que alguien va a opinar sobre algo. Eso me sucedió el otro día cuando escuché a una persona de derechas, opinar sobre los presuntos regalos a Francisco Camps. Que ya sabía yo lo que iba a decir: “ ¿Acaso se guarda alguien las facturas de los trajes que se compra? “ Y, sobre esta pregunta, construir un argumento basado en la fácil y falsa acusación a un presidente y un partido en el más infalible de sus feudos con el fin de descabalgarlo del poder.

No seré yo quien rompa la sagrada presunción de inocencia, pero no puedo aceptar un argumento tan débil en una persona inteligente como lo es la que lo esgrimió. Yo no uso trajes ni guardo facturas de mis compras pero todo lo que me cuesta más de 20 euros lo pago con tarjeta y puedo acceder a los cargos cuando quiera, ya sea acudiendo a mi oficina o consultándolos por internet. Me cuesta creer que alguien saque de la cartera 800 ó 1000 euros (que es el precio que ronda cada uno de esos trajes) cada vez que adquiere uno. Y más me cuesta creer que esa práctica no sólo fuera habitual en Camps, sino también en Costa, Campos y Betoret, los otros 3 políticos valencianos acusados de cohecho. No sé si se les podrá condenar por ello, porque para eso se tendrá que demostrar tanto que no pagaron los trajes como que el no hacerlo (y admitirlos como regalo de los responsables de Orange Market) fuera en contraprestación a algo. Pero el tufillo que emana el caso es insoportable.

Tratamos frecuentemente de acomodar a nuestros esquemas morales, a nuestras convicciones, a nuestros comportamientos, todo aquello que va surgiendo para entrar en conflicto con aquéllos. Para la persona de la que hablo, que admira a Camps y lo tiene por persona honrada, lo más fácil es construir argumentos que le lleven a concluir que todo es mentira. Si se demuestra lo contrario, utilizará otros que le lleven quizás a defender que no son los hechos tan graves, que ha sido engañado o que todo el mundo hace lo mismo. Sólo así los hechos y nuestras ideas pueden continuar siendo de alguna manera coherentes.

Estos juegos de equilibrio los practicamos todos, absolutamente todos, en mayor o menor grado con nuestros argumentos, y en Psicología reciben un nombre: Disonancia cognitiva:

El concepto de disonancia cognitiva, en Psicología, hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias, emociones y actitudes (cogniciones) que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas.
El concepto fue formulado por primera vez en 1957 por el psicólogo estadounidense, de origen ruso, Leon Festinger en su obra "A theory of cognitive dissonance". La teoría de Festinger plantea que al producirse esa incongruencia o disonancia de manera muy apreciable, la persona se ve automáticamente motivada para esforzarse en generar ideas y creencias nuevas para reducir la tensión hasta conseguir que el conjunto de sus ideas y actitudes encajen entre sí, constituyendo una cierta coherencia interna.
La manera en que se produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas. Una muy notable es un cambio de actitud o de ideas ante la realidad.

Fuente: Wikipedia
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miércoles, 20 de mayo de 2009

HUMOR Y CRISIS


Lejos de servir para banalizar los problemas, el humor es una forma de comprenderlos y afrontarlos. Por eso os dejo los enlaces a dos vídeos que ilustran perfectamente el origen de esta crisis. Con ellos podemos entender mejor qué es lo que ha pasado y reirnos un rato al mismo tiempo.

El primero de ellos lo protagonizan dos humoristas de la televisión británica. Lo he encontrado en el blog de Francisco Alvarez Molina, en el que también encontré el vídeo de Annie. El segundo es una entrevista a Leopoldo Abadía en el programa de Buenafuente. Leopoldo Abadía no es humorista pero podría serlo, por la forma tan divertida que tiene de contar las cosas (y clara, al mismo tiempo). Es doctor en Ingeniería Industrial y ha ejercido como profesor de Política de Empresa en la Escuela de Dirección de Empresas de Navarra durante más de 35 años. Pero ha sido su teoría de los ninjas la que lo ha llevado a la fama a la edad de 75. Muchos de vosotros ya conoceréis esta teoría e incluso habréis visto el vídeo, pero no está de más recordarlo.


El conocimiento, tanto de la existencia del blog de Francisco Alvarez como del vídeo de Leopoldo Abadía, se lo debo a mi amigo Arcadio. Espero que sigas enviándome material tan interesante para mi blog.


No le digas a mi madre que trabajo en Bolsa: Humor inteligente, pedagógico y terapéutico para explicar la crisis

Leopoldo Abadía y su teoría de los ninjas con Buenafuente