viernes, 20 de febrero de 2009

FUERON TRES LÁGRIMAS

Claudia es una chica venezolana de veintipocos años que reside en España. Es una mulata muy guapa, formada, inteligente, educada y muy al día de cuanto acontece a su alrededor. De manera que responde perfectamente al perfil de extranjera que no debería tener muchos problemas para integrarse en un país que, además, habla su mismo idioma.
Claudia me contó que su abuelo era italiano y su abuela española. Ambos llegaron en barco hasta las costas de Venezuela. Desde él los lanzaron al agua cuando faltaba muy poco por alcanzar la costa. Llegaron a una playa en la que había bañistas y gente tomando el sol. Los ayudaron a salir del agua, les dieron de beber, de comer, los alojaron en sus propias casas... Cuando me contaba esto, una lágrima brotó de los ojos de Claudia. Era de emoción.
Después me contó lo mucho que echaba de menos a su familia, que las circunstancias le impulsaron a ella a construir su futuro lejos de ellos. No precisó cuáles eran tales circunstancias pero debían ser importantes porque pensando en los suyos vi resbalar por su mejilla la segunda lágrima. Era de pena.
Me habló de lo difícil que le había resultado conseguir una autorización para trabajar en nuestro país, de las colas que había tenido que guardar en frías madrugadas ante la oficina de extranjería -muchas veces inútiles porque su puesto en esa cola no le alcanzaba para obtener número en el reparto matinal de turnos-. Me contó cómo les increpaban y lanzaban objetos desde las ventanas de una residencia de la tercera edad cercana a esa oficina porque el murmullo de la muchedumbre no les permitía descansar. Me habló de incomprensiones y de conversaciones que había escuchado en el autobús, en el mercado, en las oficinas del paro... Y entonces corrió por la bonita piel morena de su rostro la tercera lágrima. Era de rabia.

10 comentarios:

  1. Ser inmigrante es duro, pero es duro salir adelante para todos.Estamos en malos tiempos y hay pocas oportunidades,para todos.
    Lo que escribes que tiraban objetos desde una ventana de una residencia de la tercera edad vas a perdonarme pero lo dudo.Puede que los dijeran que no hicieran ruido son ancianos y necesitan descansar, y el respeto se hace respentando primero a los demás. De todas maneras no cabe duda que hay personas que hablan a la ligera y no saben el daño que hacen.
    No todo el mundo es igual y no por eso se debe calificar a todos de la misma manera.En un país que no es el tuyo volver a empezar es ardua tarea,y ponen muchas zancadillas. Así somos los humanos.
    La forma en que has escrito y la manera de expresar tus palabras es exquisita. Me gusta leerte.
    Leer enaltece el alma conocer otras formas de expresión es gratificante y aunque no siempre estemos de acuerdo,a los que nos gusta escribir,merece la pena empaparnos de letras y pensamientos. MUY BIEN JULIO

    ResponderEliminar
  2. Hola otra vez, quiero puntualizar algo para no dar a equivocaciones respecto a mi anterior comentario.
    Cuando me refiero que están mal las cosas para todos me refiero a la situación critica que estamos sufriendo ahora. No he querido decir que tenga nada en contra de inmigración.
    He visto en mi anterior trabajo el dolor de sentirse discriminado. De hecho lo dejé porque no era capaz de soportar que hubiera gente que de palabra soez ofendiera tanto.Por no hablar de los actos. Pero siempre meto a todos los que lo pasan mal, porque de alguna manera se sea de fuera o no en algunos casos tienen las mismas preocupaciones y trabas.Aunque la gente de fuera por desgracia se lleva la palma.
    Bueno Julio quería aclararlo porque al leer como queda en tu página me pareció que no me explicaba bien y siempre me gusta ser clara.
    Y refiriéndome a tu escrito de nuevo si todo el mundo tuviera una mínima parte de tu sensibilidad con este tema sería otra cosa muy diferente.Si no respetamos a los que día día intentan integrarse y los maltratan de palabra y obra no se puede pretender que después se exijan respeto a ellos mismos.Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Tu comentario me ha traido recuerdos (por lo de tres) de aquella canción de Serrat que pone música a las palabras de Miguel Hernandez "llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida". Y es que los inmigrantes llegan aquí por muchos motivos: estudios, investigación, turismo...incluso delincuencia, pero la inmensa mayoría, los "molestos", llegan heridos de hambre, de injusticias de su país, de amor por dejar allí a los que más quieren, de morriña por abandonar el territorio que les vio nacer, y la mayoría no vienen aquí a quitarnos el trabajo, ni a robarnos. Vienen heridos de vida, porque ésta les ha concedido un presente injusto, desigual. Algunos incluso llegan a morir, estafados por la promesa de un paraiso mejor. En fin, que me pongo en su piel y me gustaría enjugar esas lágrimas. Un besote

    ResponderEliminar
  4. Siempre es lo mismo, cuando vas a trabajar a otro país solo vas a encontrar trabas. Te enlazo, un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Anita, cuento esta historia como la chica me lo contó a mí. No sé si había uno o dos o más abuelitos arrojándoles cosas o quizás ninguno, porque yo no estaba allí. Pero da igual, sólo quería retratar el rechazo. Un rechazo que existe, que comprendo, como lo comprendía ella también, pero que evidentemente no acepto.
    Muchísimas gracias por tu participación y por tus cumplidos. Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, Jose. Me enorgullece que me hayas enlazado. Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Me pregunto,porque es mas facil dudar de la palabra de alguien,que indignarse por algo al menos reprochable.Y copio textualmente"De todas maneras no cabe duda que hay personas que hablan a la ligera y no saben el daño que hacen".que palabras mas sabias!.No todas las personas mienten por defecto,señores.Ni es caracteristica humana hacer zancadillas a los de mas.y copio textualmente"No todo el mundo es igual y no por eso se debe calificar a todos de la misma manera".Aunque hay dos cosas en lo que coincido con usted;VIVIMOS MOMENTOS DUROS,todos y mas aun las minorias,no necesariamente inmigrantes.Y QUE JULIO ESCRIBE DE UNA MANERA MUY ESPECIAL POR QUE LO HACE CON EL CORAZON.

    ResponderEliminar
  8. Despues de leerte he de decir que estoy gratamente sorprendida,no solo por el placer que me ha supuesto, sino tambien por descubrir que aun existen personas capaces de escuchar y sentir un hecho como propio.Muchas gracias por brindarnos la oportunidad de entender.

    ResponderEliminar
  9. Muchas gracias a ti, Claudia. No sabes cuánto me alegro de tenerte aquí.

    ResponderEliminar
  10. Yo soy nieto de españoles que no pudieron emigrar para buscar una vida mejor y aun asi trabajando y sacrificandose lograron dar una educación a mis padres que les permitió a su vez garantizarme una educación que con becas en el extranjero logré sacarme una carrera y un master europeo y cuando volvi a España lo único que encontré fueron 3 prácticas como becario y ya no más. Ahora mis padres autonomos sin trabajo y sin derecho a paro fueron "expulsados" de su casa y yo estoy agotando mis últimos ahorros y pese a pasarme horas delante del ordenador buscando trabajo y echando curriculums, me voy a encontrar muy pronto también en la calle, porque no me dan trabajo ni de friegaplatos (que seguro que dieron a inmigrantes de baja cualificación).

    Y así me ecuentro yo que apenas me permito 3 euros diarios de gastos (comida, necesidades, papel, transporte) y ya las únicas alternativas que me quedan practicamente son o suicidarme o ir a la carcel... pero bueno siempre es más fácil sentir pena por la inmigrante (y además guapa como recalca el escritor, como si la belleza te otrogase más derechos) por alguien que vino a España no para sobrevivir sino para tener un sueldo que le permitiese comprase un Iphone y modelitos de marca, cuando yo con 500 euros podría sobrevivir.

    ResponderEliminar