lunes, 23 de marzo de 2009

LA INFIDELIDAD (SEXUAL)

Antes de cerrar el tema de la infidelidad (porque tengo que cerrarlo, que este blog no trata tan solo este tema, al margen de que sigáis escribiendo comentarios, que me encanta) quiero trasladar este artículo que me he encontrado por Internet. Me gustaría poder deciros quién es el Dr. Raúl E. Martínez M. pero no he logrado averiguarlo. Él nos habla en su artículo de diversos estudios sobre la infidelidad sexual y su incidencia en cifras tanto en hombres como en mujeres a lo largo del tiempo.
Aparte de las cifras que nos muestra, me quedo con el primer párrafo y la última frase. Los he remarcado en azul. Son los que me dan más a pensar.
Aquí lo tenéis:
Dr. Raúl E. Martínez M.
En sentido estricto, la infidelidad implica la ruptura unilateral de cualquier compromiso asumido consciente y voluntariamente. En esta perspectiva, cualquiera acción u omisión que afecte adversamente a algunos de los términos explícitos del contrato matrimonial o los implícitos de un convenio no legal ("pololeo", noviazgo o convivencia) podría y debiera calificarse como conducta infiel. Sin embargo, la infidelidad sexual es la única que se juzga habitualmente con suficiente importancia como para justificar una ruptura de pareja, los sentimientos de culpa o la ira, la depresión y la venganza. Sin duda, la importancia concedida a esta infidelidad guarda relación con la importancia hipertrofiada que se concede al sexo y la supuesta estrecha relación constante con otros afectos, los que además se suponen de una magnitud prefijada, que impediría amar a más de una persona, o de un tipo tan exclusivo que se cree no podría experimentarse de forma diferente por distintas personas.
Reibstein y Richards (1993) señalan los tres enfoques posibles respecto a lo que significa una infidelidad sexual/afectiva en el matrimonio: a) es síntoma de que algo anda mal en la relación de pareja y que lo faltante en éste sería lo que se busca en la relación extramarital, b) es indicadora de que el matrimonio es satisfactorio, que no sofoca a sus miembros y que por tal circunstancia una infidelidad lo reforzaría, y c) no tiene ninguna relación directa con la vida estable de pareja, así como no podría afirmarse que la dedicación al trabajo o las relaciones amistosas resten algo esencial al matrimonio.
Fisher (1996) revisa las cifras de mujeres y hombres norteamericanos infieles, buscando los posibles cambios ocurridos a lo largo del tiempo en función de los nuevos entornos sociales. En la década del 20, Hamilton descubrió que el 28% de hombres y el 24% de mujeres había incurrido en infidelidad, mientras que Kinsey y sus colaboradores a fines de la década de los 40 e inicios de los 50 informaban de algo más del tercio de hombres y el 26% de las mujeres (antes de los 40 años de edad). Aunque 20 años más tarde los porcentajes no habían cambiado notablemente, si emergían dos fenómenos nuevos: las primeras aventuras sexuales de hombres y mujeres ocurrían más tempranamente y se daban pasos hacia la visión igualitaria de unos y otras. Datos más recientes (Wolfe, 1981) señalan que el 54% de las mujeres casadas participantes en un estudio, se habían comportado infielmente, mientras que había hecho lo propio el 72% de hombres casados.
De su estudio con 100.000 mujeres, Tavris y Sadd (1980) concluyen que: a) no ha variado substancialmente el número de mujeres casadas que sostienen relaciones extraconyugales desde el estudio de Kinsey y sus colaboradores, aunque ahora las inician más temprano; b) la mayoría de las mujeres infieles manifiestan estar aburridas o sexualmente insatisfechas en su vida matrimonial, pero una minoría no despreciable disfruta por igual de su marido y su/s amante/s; c) las mujeres de ahora tienen un número similar de amantes que las de épocas previas, pero prefieren las aventuras esporádicas por sobre las relaciones afectivas prolongadas; d) las mujeres creen que se sentirán más culpables de lo que, una vez ocurrida la infidelidad, se sienten realmente; e) la doble moral permanece pero los comportamientos de hombres y mujeres respecto a la infidelidad son cada vez más similares; f) la religiosidad continúa actuando como fuerte inhibidor de las relaciones extraconyugales, pero ésta tiende a ser menos eficaz con las mayores edades de la pareja y duración del matrimonio y el aumento de las oportunidades; g) la mayoría de las esposas norteamericanas han sido y son monógamas y quieren mantenerse de ese modo. Todos estos datos son referidos a inicios de la década de los 80.
Botwin (1994) caracteriza a quienes llama mujeres "pioneras" (que corresponden a una minoría de las actuales infieles) en cuanto a las relaciones extraconyugales, que se comportan en este ámbito de un modo más bien masculino: 1) están felizmente casadas; 2) son capaces de separar afecto amoroso y sexo; 3) acusan experimentar, como base de inicio de sus infidelidades, la sola atracción sexual sin valorar necesariamente otros aspectos del hombre como su personalidad o el tipo de relación (amistosa por ejemplo); 4) se relacionan con amantes más jóvenes que ellas; 5) pueden concretar una infidelidad sobre los 50 o 60 años; 6) se atreven a plantear sus intenciones a quienes les interesan; 7) son capaces de alternar experiencias extraconyugales fortuitas y breves con relaciones más profundas y duraderas; 8) se sienten poco o nada culpables; 9) aprecian el alto nivel de excitación general que les produce la relación infiel; 10) sienten que la libertad sexual va a la par con la libertad económica de que disfrutan; 11) reclaman el espacio concedido por el desliz, para aliviarse de sus muchas responsabilidades. Fisher (1996) manifiesta su oposición a las interpretaciones de la biología y la psicología evolucionistas favorables a la mayor tendencia de los hombres hacia la infidelidad y sin abandonar esa perspectiva teórica señala que probablemente la mujer, tanto como el hombre, está predispuesta a la infidelidad en la medida que sus ancestros también se comprometieron en episodios de intimidad sexual al margen de su monogamia porque le reportaron beneficios en la forma de mayores y más variados recursos de diferentes hombres, mejores genes de quien se manifestaba más agresivo sexualmente, mayor seguridad de tener parejas disponibles si es que uno de los hombres abandonaba el hogar o fallecía, y mayor variedad de hijos que asegurasen su sobrevivencia genética.
Por las circunstancias sociales en las que ocurren y sus múltiples y dramáticas posibles consecuencias, es probable que asuman características particulares los amantazgos (relación infiel) de mujeres u hombres casados con hombres y mujeres de igual o distinta condición civil. Obviamente, resulta más perturbador para los implicados y el entorno social, la ocurrencia del amantazgo entre casados y entre casados y solteros, siendo menores los efectos de los episodios entre solteros. Los impactos psicológicos pueden ser de variada magnitud, en función de las características de las personas implicadas y las del amantazgo (duración; ámbito de relación preferente, ya sea intelectual, afectivo o sexual; el tiempo de dedicación, etc.).
Aún cuando la mayoría de los episodios de infidelidad involucran alguna intimidad sexual, debe saberse que un número no despreciable se puede describir mejor como situaciones de infidelidad afectiva, sea porque no incluyen manifestaciones físicas eróticas y/o porque sus factores causales no son de índole estrictamente sexual. Sin embargo, al margen de esta consideración, una infidelidad puede ser un episodio altamente traumático para quien hasta ese momento ha confiado plenamente en su pareja, siendo difícil y a veces imposible la reparación psicoterapéutica. En contra de lo que pudiera suponerse, el/la infiel puede también sufrir un intenso sentimiento de culpa cuando no ha habido premeditación sino la mera conjunción casual de circunstancias favorables para la ocurrencia del hecho. De ocurrir, tal emoción muy destructiva se une a la incapacidad para convencer al otro de que el episodio de infidelidad no compromete lo esencial de su afecto y su compromiso. En realidad, ¿quién, si se ha sentido burlado, podría creer sin más en que el arrepentimiento es muy sincero y por lo tanto volver a confiar? A pesar de toda la crítica social, no son pocos los que, con una visión comprensiva y realista están llamando a reconocer la nueva "institución" del amantazgo como aquélla en que pueden tener lugar honestas, heroicas y desinteresadas entregas afectivas y/o sexuales, y que pueden incluso paradojalmente facilitar que un matrimonio sobreviva al desencanto.

10 comentarios:

  1. Desde luego las mujeres y los hombres tenemos distintas maneras de ver las cosas,y seguro que esta es otra de ellas.No puedo hablar por las demas asi que lo hare por mi,no me gustaria que mi pareja se acostase con otra,por varias razones:por que pienso en el sexo como algo mas que una necesidad fisica,es un momento en el hay una union corporal y mental,si mi pareja lo hace con otra es como si esa union de lo espiritual y lo carnal desapareciese.Y si que es cierto que si me dice que a estado quedamdo para hablar con una chica,me sentiria incomoda pero si me dice que ha mantenido relaciones sexuales,no lo perdonaria.Asi soy yo.
    Creo que no le perdonaria el sexo fuera de la pareja por todo lo que implica para mi la relacion sexual,creo que despues de hablar con mis amigas de esto toda una tarde si que puedo decir que una mujer ,guardando toda individualidad por supuesto,es capaz de ponerle los cuernos a su pareja cuando lo que faya es algo mas que el sexo,y cuando el hombre que aparece le ofrece algo mas que meter y meter.

    Yo quiero algo mas que eso,y si no lo tengo con mi pareja,es que en realidad no funciona,por que aunque no queramos ser frivolos,el sexo es lo primero,que no lo mas importante pero casi,sed sinceros.

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  2. Este articulo que demuestra,que las mujeres cada vez somos mas infieles o que cada vez tenemos mas libertad para reconocerlo?,o que los hombres desde siempre nos han sido infieles y no se han cortado en decirlo?.Las cosas han cambiado mucho pero creo que la infidelidad ha existido y existira porque como dice Julio nos encontramos al dia con al menos 10 personas con las que nos acostariamos,asi que con esa guisa como no existir los cuernos.jijiji.
    Me rio de este tema por que la verdad es que en el fondo estoy segura de que es algo circunstancial,es decir pondrias los cuernos a tu pareja si se dan una serie de situaciones,y teniendo en cuenta que si tienes pareja durante al menos siete años seguidos de tu vida (segun una encuesta de(El Mundo)Y SEGUN jULIO TE LO MONTARIAS CON 10, CADA DIA,eso quiere decir que durante esos siete años, unos 2555 dias a diez polvos imaginarios por dia serian 2555000 veces que piensas en ponerle los cuernos,jo.de todas esas no caerias ni una sola vez.Eso seria segun estos datos un milagro,

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  3. Anónimo, espero que si tu pareja te es infiel alguna vez, tú no te enteres. O que si lo haces y tú tienes razón en tus argumentos decida dejar la relación porque significará que no está funcionando. Lo que pasa es que, como dice Jhanfertati, la tentación está ahí afuera y va a ser muy difícil no caer en ella. Suerte y un saludo.

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  4. Jhanfertati, no he hecho los cálculos pero parece que vas bien en matemáticas. Tienes razón, según estos datos no ser infiel debe ser más difícil que conseguir plantar una sombrilla en la playa de Benidorm un día de agosto a las 11 de la mañana (que conste que nunca lo he intentado, ni pienso). Otra tema sería las oportunidades que se puedan presentar, y en ese sentido, no es lo mismo tener un trabajo de comercial, por ejemplo, que te obliga a viajar mucho y a tratar con mucha gente, que ser pastor en el Pirineo (yo de pequeño quería ser butanero). Y tampoco es lo mismo tener un físico como el de Brad Pitt o yo mismo que tener barrigón, llevar gafas culo de vaso y lucir tan solo 3 dientes (bueno, es una broma, ya sabéis que Brad Pitt no está tan bueno). En fin, yo, que soy muy amigo de refranes, diré para terminar que la ocasión la pintan calva, jeje. Saluditos.

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  5. Ya lo dice Luis María Aller Atucha en sus reflexiones acerca del matrimonio y la infidelidad "El gen generoso: lo que natura da y la cultura resta"

    Un saludo.

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  6. O sea que si estoy insatisfecha con mi vida sexual corro mas peligro de ponerle las antenas a mi marido.Esa es la escusa de las mujeres infieles o la probabilidad mas común. Quedamos a la altura del betún.Es acaso el sexo lo fundamental de la pareja solo nos fijamos en eso para escusar estos comportamientos.
    El sexo es importante pero hay mas cosas.
    Mi marido siempre dice que cuando el sexo falla algo va mal y empieza a fallar todo y luego se pasa a no desear a tu pareja y se acabó.Vienen los cuernos si no tienes el valor suficiente de terminar.Puede que tenga razón pero no por eso le voy a ser infiel simplemente le diría ADIOS CARIÑO, para que perder el tiempo.De todas maneras la verdad yo creo que andamos a la para hombres y mujeres por lo veo escucho y leo.
    Y disfrutar a la vez de marido y amante no se lo veo poco factible.Yo no podría la verdad.
    Hoy por casualidad me encontré una conocida y me soltó que le va fatal en su relación y me dijo tranquilamente que tenia un amigo.Y lo sabe su pareja y siguen juntos.Que me lo expliquen yo no lo entiendo.No la he dicho nada solo que mejor acabe su relación o se decida por alguno.¿Se puede vivir así? Yo no podría ni concibo que lo hagan conmigo.Vale la tentación está fuera ¿que tentación? Tios buenos que te miran con ojos de carnero y dan ganas de guisar y comer. Vale yo los puedo mirar y me la pela estoy muy agustito como estoy. Os cuento algo personal, a modo de ejemplo referente a la tentación, hay por hay una persona que le debo de gustar yo no soy tonta,muy majo muy mono ¿y que? ya tengo candidato para un buen rato ¿y que? no me interesa,hace dos días a la desesperada me lo dijo descaradamente,y le he mandado a donde amargan los pepinos.No cambio a mi barrigitas cachondo,trabajador y encantador que tengo por marido ni le falto el respeto de esa manera, me gusta le quiero y somos tan afines que no veo otra pilila mas que la suya.
    Un saludo a todos.

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  7. Se me olvidaba puntualizar Julio si la tentación esta hay,pero se puede decir no fácilmente.
    Tentaciones hay de todas clases pero lo unico que hay que saber decir no. No es tan difícil.
    Yo lo veo así. Es simplemente estar seguro de uno mismo y llevarlo a todo.

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  8. Soy una pesada lo reconozco me iba a ir a la cama pero me ha acordado de algo.
    Hablamos de infidelidad sexual.
    Nadie hablamos si hay otra forma de ser infiel sin sexo.De hecho puntualiza el titulo del post en ello.De la sexual claro. Hay otras formas de ser infiel ¿hay datos sobre ello?

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  9. Anita, supongo que maltratar a la pareja, faltarle al respeto, abstenerse de practicar sexo, descuidar tu aspecto físico, no colaborar en las tareas del hogar, en la educación de los hijos, dejar las caricias, las bromas, las risas... es, de alguna manera, ser infiel a tu pareja.

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  10. Podría ser así, aunque me decanto mas por la falta de respeto y el maltrato.Aunque mas parece que se es infiel a la base de la pareja.Yo me refería un poco mas a ser infiel de pensamiento no de obra. He oído a personas comentar que el mero hecho de pensar en otro-a e imaginar que estas con otra persona mientras estas con tu pareja es otra forma de serlo.Estas con tu pareja pero en persona pero el espiritu está con otra persona.

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